Explican el Dr. Andrew Newberg, neurocientífico de la Universidad Thomas Jefferson y Mark Robert Waldman, experto en comunicaciones, que utilizar palabras de connotación positiva, provoca tener emociones y pensamientos positivos1.
Lo anterior desencadena efectos positivos en los lóbulos frontales, el cerebro parietal y el tálamo, lo que posibilita ver la realidad del mundo, de los otros y uno mismo con mayor objetividad, situación que favorece la madurez y la toma de mejores decisiones.
En este sentido es que hemos elegido hablar y formar desde un feminismo positivo en el que partimos de conocer y comprender las distintas olas del feminismo que, históricamente, han contribuido a edificar una imagen de la mujer, haciendo propuestas para enseñar a elegir lo que hay de bueno en cada uno de estos movimientos, más allá de una recepción pasiva de las ideas, pues queremos de nuestras niñas mexicanas que sean las líderes que actúan e inciden en la cultura, y no se conforman con recibir de forma pasiva las distintas ideas propuestas en los ambientes culturales.
“… La Real Academia Española define al feminismo como: «Doctrina social favorable a la condición de la mujer, a quien concede capacidad y derechos reservados hasta ahora a los hombres» …”
Hablar en positivo del feminismo deja sin sentido el escenario de rivalidad, competencia o pretensión de superioridad. Es desde la perspectiva cristiana que se puede entender del todo quién es la mujer, su dignidad racional y valor, pues el origen de todo ello encuentra su sustento en el proyecto de creación.
Las niñas mexicanas son capaces de ejercer su identidad femenina en el ámbito académico, profesional y familiar, a la vez que son conscientes del valor y dignidad de la mujer y el hombre, quienes, siendo iguales y distintos a la vez, complementan y enriquecen juntos todos los ámbitos de la sociedad.
“… Derecho al voto, derecho a participar en la vida pública de su país, mismos salarios por los mismos puestos, dedicarse a la profesión que ellas quieran, etc …”
La Real Academia Española define al feminismo como: «Doctrina social favorable a la condición de la mujer, a quien concede capacidad y derechos reservados hasta ahora a los hombres». No podíamos estar más de acuerdo con reconocer las capacidades y derechos de las mujeres, nos sumamos a todos los logros del feminismo como, por ejemplo:
Derecho al voto (que apenas empezó en el siglo XX), derecho a participar en la vida pública de su país, mismos salarios por los mismos puestos, dedicarse a la profesión que ellas quieran, etc. No cabe duda de que en una sociedad hecha por hombres y para los hombres, todavía nos queda un largo camino por recorrer, en un principio se equipararon los derechos de hombres y mujeres buscando la igualdad, pero hemos de reconocer que tanta igualdad con el hombre contradice al sentido común, somos muy diferentes en cuanto a la biología, la afectividad, el psiquismo y el modo de razonar2, lo cual se ve reflejado en sus distintas habilidades: «igualmente es de común evidencia que el hombre tiene más capacidad espacial y de orientación que la mujer, pero ésta aprende a leer antes y percibe mejor el talante de sus interlocutores»3.
“… pero hemos de reconocer que tanta igualdad con el hombre contradice al sentido común, somos muy diferentes en cuanto a la biología, la afectividad, el psiquismo y el modo de razonar …”
La mujer tiene un horizonte amplísimo de posibilidades de desarrollo sin necesidad de compararse con los hombres, hemos visto con preocupación como, en el feminismo radical, se llega a culpar al varón de todos los males de la mujer, lo cual es injusto, además de contradecir a la verdad.
En el cine también se exagera la igualdad con el afán de competir con los varones, las heroínas de hoy son fuertes, agresivas y audaces, pero eso sí, conservando una cintura de 60 centímetros y unos brazos en extremo delgados.
“… Hay infinidad de profesiones en las que se requiere fortalecer la dignidad de la persona humana a través del trato, en este terreno la mujer está más calificada que el varón para fortalecer estructuras sociales que nos ayuden a conseguir un mundo más humano …”
Respecto al acceso a los mismos trabajos que los hombres (¿están seguras que eso es lo que quieren?) a veces las vemos luchar por conseguirlos sin discernir sus implicaciones: «en todas aquellas actividades donde se requiere un rendimiento físico, es imposible que las mujeres rindan como los hombres de forma general. Ninguna “mujer tipo” puede acarrear el mismo número de ladrillos en el mismo tiempo que un “hombre tipo”»4. En el caso de los bomberos, se calcula que son necesarios 200 elementos para cubrir un momento de emergencia excepcional, ¿por quién te gustaría ser salvado de un incendio, por un hombre de 80 kg o por una mujer de 50 kg que no puede ni con el peso del equipo?
En un chat que nos llegó en estos días decía un soldado ucraniano: «los varones ucranianos no pueden salir del país, tienen que quedarse para la guerra, ante esta situación, no he visto ninguna protesta feminista ni a una mujer exigiendo igualdad de cupos, pero no se confundan, no nos estamos quejando, solo quiero dejar en evidencia la falsedad de la ideología de género. Los hombres sabemos cuál es nuestro papel, si la batalla fuese inevitable, yo voy en vez de mi esposa, no lo dudaría ni un minuto, llevaría a mi hijo antes que a mi hija y a mi hermano antes que, a mi hermana, no es cuestión de ideología, ni de machismo ni de patriarcado, es cuestión de proteger la vida, que solo ellas pueden dar».
“… Queremos potenciar las diferencias en las que no podemos ser igualadas por los hombres, no para competir con ellos o para compararnos, sino para aportar a la humanidad el genio femenino al 100% …”
En la mujer, «la mayor relación entre sentimientos, racionalidad y capacidad verbal que le proporciona un cerebro con un cuerpo calloso más desarrollado, le permite una mayor empatía, capacidad de comprensión de otros seres y una mayor posibilidad de comunicación de sentimientos y vivencias»5. Hay infinidad de profesiones en las que se requiere fortalecer la dignidad de la persona humana a través del trato, en este terreno la mujer está más calificada que el varón para fortalecer estructuras sociales que nos ayuden a conseguir un mundo más humano.
Queremos potenciar las diferencias en las que no podemos ser igualadas por los hombres, no para competir con ellos o para compararnos, sino para aportar a la humanidad el genio femenino al 100%.
Por esta razón estamos de fiesta, porque educamos líderes que son capaces de actuar y dejar huella positiva, presentando nuevas propuestas que contribuyan de forma real, con la mejora de la sociedad en México y el mundo.
Adriana Valero Gutiérrez
Lic. en Filosofia y Derecho
Celular: 5554357216
E-mail: adrianavhazar@hotmail.com
María del Rosario Sánchez Muñiz
Doctorado en Filosofía – Universidad de Navarra
Maestría en Educación Familiar
