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Salud prostática desde una mirada funcional e integrativa

Por: Job Monobe

La salud de la próstata es un reflejo del equilibrio interno del hombre. A lo largo de los años, hemos aprendido que no basta con atender los síntomas o extirpar el problema, sino que es necesario comprender qué lleva al cuerpo a manifestaruna enfermedad. Desde una mirada integrativa, la salud prostática debe evaluarse tomando en cuenta no solo el aspecto físico, sino también los factores genéticos, la resistencia de los órganos, la carga tóxica acumulada y el estado emocional del paciente.

“… Debe evaluarse tomando en cuenta no solo el aspecto físico, sino también los factores genéticos, la resistencia de los órganos, la carga tóxica acumulada y el estado emocional del paciente …”

La genética nos brinda información clave. Existen ciertos polimorfismos y variantes genéticas —como aquellos relacionados con la enzima 5-alfa-reductasa o con genes del metabolismo de la testosterona— que predisponen al desarrollo de enfermedades como la hiperplasia prostática o incluso el cáncer. Sin embargo, estos factores no determinan el destino de una persona. Lo que sí puede marcar la diferencia es el entorno, la alimentación, el manejo del estrés y el estilo de vida. Por ello, es esencial realizar estudios genéticos funcionales que permitan trazar un plan personalizado, con intervenciones naturales y moleculares que modulen la expresión genética hacia la salud.

La próstata no trabaja sola. Su estado depende profundamente del equilibrio de otros órganos y sistemas. Un hígado saturado, una circulación linfática lenta, unos riñones fatigados o una inflamación crónica en el tracto urinario pueden favorecer la congestión y el deterioro prostático. En este sentido, se vuelve fundamental fortalecer la resistencia orgánica, utilizando terapias que apoyen la función hepática, estimulen la desintoxicación linfática y mejoren la microcirculación. Protocolos como la terapia intravenosa con vitamina C, el uso de alimentos vivos, el drenaje linfático manual y la medicina ortomolecular se integran para devolverle al cuerpo su capacidad de autorregulación.

“… El zinc, el selenio, el sulforafano, la N-acetilcisteína y la vitamina D3 son aliados clave en este proceso …”

El entorno moderno está saturado de tóxicos. Muchos hombres no son conscientes de la exposición cotidiana a sustancias que alteran su sistema hormonal. Plásticos, pesticidas, productos de higiene personal, metales pesados y alimentos procesados pueden actuar como disruptores endocrinos, alterando los niveles de testosterona y estrógenos, y favoreciendo cambios en la glándula prostática. Un plan integral debe incluir la identificación y eliminación de estas toxinas, así como el uso de antioxidantes y activadores celulares que promuevan los procesos naturales de limpieza y regeneración. El zinc, el selenio, el sulforafano, la N-acetilcisteína y la vitamina D3 son aliados clave en este proceso.

Pero quizás la dimensión más olvidada, y a la vez más poderosa, es la emocional. Desde la perspectiva de la medicina cuerpo mente, los síntomas en la próstata suelen estar relacionados con conflictos profundos de identidad masculina, territorio o familia. Pérdidas, inseguridades, culpas o frustraciones no expresadas pueden alojarse en el cuerpo y manifestarse como inflamación, dolor o alteración celular. El abordaje terapéutico incluye, entonces, el acompañamiento emocional, el trabajo con la biodescodificación, la programación neurolingüística y, en muchos casos, la reconexión espiritual. Liberar estos bloqueos puede ser el paso más transformador para recuperar la salud.

“… Pérdidas, inseguridades, culpas o frustraciones no expresadas pueden alojarse en el cuerpo y manifestarse como inflamación, dolor o alteración celular …”

La salud prostática es, en última instancia, una oportunidad. Una invitación a mirar hacia adentro, a comprender el lenguaje del cuerpo y a sanar desde la raíz. No se trata solo de evitar un diagnóstico o reducir un PSA elevado, sino de recuperar la vitalidad, la energía y el equilibrio como hombre. Porque sanar es mucho más que no estar enfermo: es reencontrarse con uno mismo



Dr. Job Monobe
Médico Cirujano,
Medicina Integrativa y Funcional
centromedicomonobe@gmail.com
Whatsapp: 662 318 6984
Tel: 662 214 0009

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