sábado, noviembre 1, 2025
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El libro de tu vida

Por: Margot Dow

Hace un par de meses cerraste un volumen más del libro de tu vida, pasó todo un año. Ahora ya es Cuaresma y es momento de detenerte a revisar cómo vas con el nuevo.

Cuando comenzaste ese libro del 2024 todo era tuyo, te lo puso Dios en las manos, podías hacer con él lo que quisieras: un poema, una pesadilla, una blasfemia, un sistema, una oración, un trabajo, una vocación, unos ideales.

Podías, hoy ya no puedes, no es tuyo, ya lo has escrito y ahora es de Dios.

“… Ahora ya es Cuaresma y es momento de detenerte a revisar cómo vas con el nuevo …”

Dios te lo va a leer todo el mismo día en que cierres los ojos a la vida y con todos sus detalles. Ya no puedes corregirlo. Ha pasado al dominio de la eternidad. Piensa unos momentos en estos primeros días de la Cuaresma. Toma tu libro y hojéalo despacio, deja pasar sus páginas por tus manos y por tu conciencia. Ten el gusto de verte a ti mismo. Lee todo.

“… Repite aquellas páginas de tu vida en las que pusiste tu mejor estilo. No olvides que uno de tus mejores maestros eres tú mismo …”

Repite aquellas páginas de tu vida en las que pusiste tu mejor estilo. No olvides que uno de tus mejores maestros eres tú mismo. Lee también aquellas páginas que nunca quisieras haberlas escrito. No, no intentes arrancarlas, es inútil. Ten valor para leerlas, son tuyas. No puedes arrancarlas, pero puedes anularlas cuando escribas tu siguiente libro. Si lo haces, Dios las pasará de largo cuando te lea tu libro en el último día.

Lee tu libro viejo ahora que inicia el Año. Hay en él trozos de ti mismo; es un drama apasionado en el que el primer personaje eres tú. Tú en escena con Dios, con tu familia, con tu trabajo, con la sociedad. Tú lo has escrito con el instrumento asombroso de tu libre albedrío sobre la superficie inmensa y movediza del mundo.

Es un libro misterioso que, en su mayor parte, la más interesante, no puede leerlo nadie más que Dios y tú. Si tienes ganas de besarlo, bésalo, si tienes ganas de llorar, llora fuerte sobre tu viejo libro; pero, sobre todo, reza sobre él. Tómalo en tus manos, levántalo hacia el cielo y dile a Dios solo dos palabras: gracias y perdón.

Después dáselo a Cristo. No importa como esté, aunque tenga páginas negras, Cristo sabe perdonar. En el primer día del año, Dios te dio otro libro completamente blanco y nuevo. Es todo tuyo. Has podido escribir en él lo que has querido, ahora intenta poner el nombre de Dios en el encabezado de la página en turno. Después dile que no te deje escribirlo solo, que te tenga siempre de la mano y del corazón.

“… Dile que te enseñe a dejar cierto margen para la fe y la libertad, la esperanza y los sueños. Dile que cuando se te acaben las ideas nunca se te olvide que Dios dicta desde los cielos …”

Dile que te enseñe a escribir firme y derecho. Dile que, aun con borrones, te ayude a seguir adelante siendo consciente de tus errores. Dile que te ayude a pensar que es más importante escribir poco y bien que llenar páginas sin contenido. Dile que te enseñe a dejar cierto margen para la fe y la libertad, la esperanza y los sueños. Dile que cuando se te acaben las ideas nunca se te olvide que Dios dicta desde los cielos. Pídele que nunca desesperes y que te ayude a recordar que Dios, de vez en cuando, escribe derecho en renglones torcidos.

“… Que Dios Nuestro Señor no nos deje escribir solos nuestro nuevo libro …”

P.D. Este escrito siempre me ha llegado al corazón y siempre he tratado de abrir mi nuevo libro, hasta voy y compro una libreta nueva y hago el propósito de empezar a escribir en él, ya sea lo bueno y lo malo que me pase, pero nunca lo he llenado, a la mitad del camino, se me va pasando el entusiasmo o no sé qué, y no cumplo mi propósito, pero voy a volver a intentarlo, no nada más del libro, sino de nuevas cosas que quisiera hacer, de metas, de ser mejor persona, de tantas cosas que podemos mejorar, y el año se nos pasa volando apenas quitamos el árbol y ya es carnaval y comienza la Cuaresma, llega la primavera, las vacaciones y ya están de vuelta los aparadores con el Halloween y la Navidad.

Que este año, que apenas comenzó, se te cumplan tus deseos, que tus propósitos se hagan realidad y que Dios Nuestro Señor no nos deje escribir solos nuestro nuevo libro.



Margot Dow (enero de 2015)
1943 – 2024
En paz descanse.

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