De acuerdo a lo anterior, en los valores se encuentra inmerso En los últimos tiempos, se ha hablado mucho sobre el destino de México. Algunas personas predicen su perdición y destrucción, ya sea por el gobierno, la violencia o incluso por el hecho de que el sistema educativo está tratando de imponer ideas con las que muchas familias no están de acuerdo.
Si volvemos la mirada a la historia de nuestra Independencia, recordamos cómo todo comenzó con el cura Miguel Hidalgo y su grito de libertad. Un llamado tan fuerte que logró unir a muchas personas para enfrentar al país que los había mantenido oprimidos durante siglos. Ese grito fue la chispa que inició un fuego en la lucha contra un sistema que los había sometido contra su voluntad.
Hay una canción llamada “El Viajero” que dice: “¡México! ¡México! ¡Te llevo en el corazón!”. Quienes tenemos la dicha y el privilegio divino de haber nacido en este maravilloso país, sabemos que esa frase refleja una verdad profunda que nos llena de orgullo. Nuestra cultura, nuestra comida, nuestra música, y nuestras tradiciones penetran el alma; México es imposible de arrancar del corazón.
Con esto en mente, quiero invitarte a reflexionar: No creo que Miguel Hidalgo, cuando decidió iniciar la guerra de Independencia hace más de 200 años, imaginara que, con el tiempo, México estaría envuelto en corrupción. Tampoco creo que Benito Juárez, al proponer la educación laica, pensara que diferentes grupos religiosos terminarían condenándose entre sí, simplemente por pensar de manera distinta. Sin embargo, la maldad humana, la violencia y las divisiones religiosas están presentes no solo en México, sino en muchos países del mundo. Y lo único que hacemos es quejarnos, criticar y lamentarnos.
“… No tiene sentido que todos deseemos un cambio para nuestra ciudad, estado o país, si no estamos dispuestos a provocar ese cambio …”
Estoy seguro de que tú, querido lector, sueñas con un México mejor, ¿Me equivoco? Pero déjame decirte algo que quizás ya sepas: No tiene sentido que todos deseemos un cambio para nuestra ciudad, estado o país, si no estamos dispuestos a provocar ese cambio. Las cosas no suceden solo porque las deseamos; si fuera así, ¡Todos seríamos millonarios!
Los grandes cambios comienzan con pequeños actos. Acciones que, aunque parezcan insignificantes, tienen el poder de desencadenar consecuencias monumentales. Si no me crees, piensa en lo que sucede cuando alguien arroja un cigarrillo encendido en un campo de hojas secas o cuando enciende un pequeño fósforo en un lugar lleno de papeles. ¿Qué ocurre? ¡Un incendio! Un objeto diminuto puede generar una catástrofe inmensa si se coloca en el lugar adecuado.
“… Los grandes cambios comienzan con pequeños actos. Acciones que, aunque parezcan insignificantes, tienen el poder de desencadenar consecuencias monumentales …”
Estoy convencido que la solución a los problemas en México no son más policías ni más políticos; la medicina para este país son las personas. Niños, adolescentes, jóvenes y adultos que tengan la mentalidad correcta. Personas con la actitud apropiada ante la vida.
Cuando tú cambies, cambiará tu familia. Cuando las familias cambien, cambiarán las colonias. Cuando las colonias cambien, cambiará la ciudad. Cuando la ciudad cambie, cambiará el estado. Cuando el estado cambie, cambiará el país.
“… La solución a los problemas en México no son más policías ni más políticos; la medicina para este país son las personas …”
¿Quieres saber qué puedes hacer para transformar la ciudad?
- Llega temprano a tu trabajo.
- Limpia tu cuarto.
- Levanta la basura.
- Sé humilde.
- Pon direccional cuando manejes.
- No te pases los altos ni los semáforos.
- No critiques.
- Respeta la autoridad.
- Di “gracias”, “por favor”, “buenos días”, “que te vaya bien”.
Si vas a tomar, no manejes. - Toca la puerta antes de abrirla.
- Cuida a las mujeres. (¡Por favor!)
- No tomes algo que no es tuyo.
- Sonríe.
- Sé generoso.
- Ama.
Para finalizar, ¿Por qué el título de este apartado; “El destino de México”?
El himno nacional es una obra maestra y en ella se encuentra una frase que me hace tener fe de que México es un gran país: “En el cielo tu eterno destino por el dedo de Dios se escribió”.
Con esto no estoy promulgando una religión, lo que sí estoy haciendo en afirmar que el destino de México no es de derrota ni de pobreza. México tiene un futuro glorioso. ¡México es grande!
Samuel D. Cota
Licenciado en Enseñanza del Inglés
lic.samuelcota@gmail.com