¿Te has sentido perdid@? ¿Con un vacío? ¿Sin rumbo? Así me he sentido últimamente estos días o hasta me atrevería a decir que meses. Hasta que ayer llegué a un punto donde me solté llorando pensando que era ‘sin ninguna razón’ cuando muy en el fondo sabía que era por lo lejana y desconectada que me sentía de Dios.
Y reflexionando llegué a la conclusión que no era una coincidencia que en Cuaresma me estuviera sintiendo así porque al final para eso es la Cuaresma es un tiempo para reencontrarnos con Dios y prepararnos para la Semana Santa.
“… Aunque parezca más ‘fácil’ la vida lejos de Dios, al final es mucho más difícil porque vas por la vida con tus propias fuerzas y sientes un vacío enorme …”
¿Pero qué hacer si te sientes así? ¿O qué es lo qué yo haré? Primero que nada llevarlo a la oración porque me aleje tanto en primer lugar, que es lo que me tiene alejada o encontrar el para qué. ¿Será conformismo? ¿Será flojera? ¿Será más ‘fácil’? ¿O será una combinación de todo? Puede ser, todavía no he llegado a la raíz pero lo que estoy segura es que aunque parezca más ‘fácil’ la vida lejos de Dios, al final es mucho más difícil porque vas por la vida con tus propias fuerzas y sientes un vacío enorme.
Una vez que lo llevas a la oración, creo que para mi algo muy importante es volver a la vida de gracia, confesarme y poder sentir una conexión 100% directa con Dios y poder volverlo a recibir en la comunión, que para mi es primordial. Llevo tanto tiempo dejando pasar ese regalo que tenemos, que volverlo a recibir se siente como si fuera la primera vez.
“… Volver a la vida de gracia, confesarme y poder sentir una conexión 100% directa con Dios y poder volverlo a recibir en la comunión …”
Y después continuar con esta vida de gracia y una vida cercana a Dios y al camino del bien, encontrarlo en el santísimo, en una plática con una amiga, un abrazo de mis papás, o simplemente un atardecer.. Así ha sido mi amistad con Dios, verlo en todos lados e incluirlo en mi día a día en cada paso que doy. Entender que por más veces que caiga siempre estará para mi, para que vuelva corriendo a sus brazos y que Dios no castiga al contrario es puro amor, una vez que entiendes eso que todo lo ha hecho por amor a nosotros todo el sentido de la Semana Santa cambia, lo vemos con otros ojos y con otro propósito.
Me atrevo hacer un artículo tan íntimo para mi ya que estoy segura que somos muchos los que vivimos esta lucha día con día y es entender que no estamos en la lucha solos, que somos muchos, te abrazo y te invito a levantarte una vez más y te acompaño en este camino.
Cierro con esta frase para reflexionar, “Dios nunca se ha ido, solo está esperando a que vuelvas a Él. No importa cuántas veces te hayas sentido perdida, su amor es infinito y su abrazo siempre estará listo para recibirte.”
Adriana Alvarez Bárcenas
Licenciada en Psicología
Fundadora de Modifika
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