Ideas para conocernos mejor
Reflexiona un momento, cierra los ojos y pregúntate si eres una persona integra. Es decir, si te muestras tal y como eres con los demás y no aparentas ser alguien que no eres. Tal vez, podrás pensar que no finges, pero puede ser que no veas la realidad; es una gran tarea el lograr conocernos a nosotros mismos.
Siempre he pensado que, si nosotros nunca terminamos de conocer al otro, mucho menos terminaremos de conocernos a nosotros mismos. Siempre somos perfectibles, es decir, tenemos la capacidad de educarnos. Esto ocurre más fácilmente en la infancia debido a un proceso neurológico llamado mielinización. Así mismo, en la tercera edad el aprender representa más esfuerzo, aunque, esto no significa que no se pueda seguir aprendiendo.
Mientras más se crece y se madura, más se tiene conciencia de las cosas ya que se empieza a analizar cada detalle que pasa alrededor, se tiene una mejor disposición hacia al espíritu de servicio y amor al prójimo. Además, se comienza a prever y pensar en las consecuencias de los actos ya que la responsabilidad hace afrontar la realidad y obliga a tener más orden.
Cuando se piensa antes de la acción empiezan a surgir miedos por lo que es necesario reconocerlos y aceptarlos para ser auténticos en la proyección de nuestra personalidad.
Todos tenemos sentimientos de vulnerabilidad, heridas, miedos o emociones que no nos permiten mostrarnos a los demás como somos, cuesta aceptarlos, y por lo tanto se nos dificulta descubrirlos, tratamos de disfrazarlos, de ignorarlos y/o no afrontarlos. Estos se muestran evidentes en las relaciones sociales y debido a esto podemos tener conflictos con los demás y como consecuencia arrepentirnos de nuestras actitudes y por lo tanto confundirnos y no entender el porqué de nuestras acciones.
“… Entre más nos aceptemos como somos y vivamos sin compararnos con ser o tener, y más bien nos fijemos en lo que ya hemos logrado, estaremos en un proceso de crecimiento personal …”
Hay que tener humildad y valentía en asimilar esas debilidades, miedos, heridas o emociones. Resulta crucial aceptarlas para poder crecer como personas, aceptando cada tropiezo, levantándose rápidamente sin divagar en los errores, teniendo esperanza en el futuro, dejando nuestros errores en el pasado con visión de corregirlos.
Busquemos motivarnos para tener ese coraje que nos impulsará a conocernos más para enfrentarnos a los retos de cada día, sin atormentarnos en preguntas como: ¿Qué hubiera pasado si…? ¿Por qué no soy como tal persona? ¿Por qué no tengo esto o aquello?
Entre más nos aceptemos como somos y vivamos sin compararnos con ser o tener, y más bien nos fijemos en lo que ya hemos logrado, estaremos en un proceso de crecimiento personal. Cuando este proceso personal represente en nuestra conciencia un hábito cotidiano, tendremos relaciones más sólidas, reconociendo las fortalezas que nos distinguen e identificando y afrontando nuestros temores lograremos una mayor empatía con los demás haciendo amistades de mayor calidad humana.
Lic. María del Mar Azpe Soto
Psicopedagoga Universidad Panamericana
marimarazpe@gmail.com