Carlos A. Barreto Rivero
Podemos y debemos hacer el esfuerzo para reinventarnos ante la frustración e incertidumbre hacia nuevas oportunidades para cambiar las adversidades del momento convirtiéndolas en crecimiento personal, familiar y social. Reconstruir es volver a construir sobre lo ya hecho con el propósito consciente de mejorar para crecer, como el “ave fénix” saliendo de las cenizas. ¡Que se puede! SI, ¡SE PUEDE!, con mucha entrega y valor. Lamentablemente nos hemos dormido en los laureles de la comodidad y del orgullo, cayendo en la dependencia de la zona de confort creyendo que vivíamos en la certidumbre. Nada cierto porque la vida en sí es incierta, a pesar de que la historia del mundo nos lo señaló en repetidas ocasiones, con la aparición y reapariciones de las crisis e
inestabilidades socioeconómicas, que estábamos en un mundo impredecible. Hoy hemos recibido un mensaje diferente: el mundo no es predecible ni seguro. Estamos muy lejos de poder satisfacer nuestras necesidades básicas materiales y humanas, ya que cada quien deberá tener su propio sentido de vida a través de sus acciones, decisiones y elecciones que comprometan su existencia hasta en la forma de afrontar sus errores y traumas personales. Deberá entonces superar las dependencias para pasar a tener más consciencia de los hechos, con más madurez y autoconocimiento, siendo más responsable de sus actos y así poder afrontar los riesgos de la vida. Muchos aún se esconden en la sombra de la “independencia” y también hay quienes lo permiten y lo
fomentan irresponsablemente, craso error. Los dependientes tienen que salir de la zona de confort para enfrentar a la realidad con valor propio, evitando los miedos, nunca evadiéndolos y menos con complicidad. Guarecerse no ayuda, es lo contrario, porque complica y nos aleja de la realidad.
Hemos pasado del futuro promesa al futuro incierto y amenazante. En semejante contexto ya no celebramos la vida como antes, ahora nos limitamos a tener momentos de alegrías con sentimientos pasajeros de esperanza, predominando el buen ánimo pasajero. Nos preguntamos entonces, ante estas circunstancias limitadoras ¿Qué hacer? ¿Cómo comportarnos? Porque parece que nada nos alienta viviendo en este caos,
“… El primer paso en este caminar consciente es el de ser menos exigentes consigo mismos venciendo rigideces, con más flexibilidad y consistencia …”
inseguros y reprimidos. En el sentido optimista del aquí y ahora, sin poder asegurarnos del futuro, satisfechos de lo que hemos conseguido con esfuerzo y dedicación podremos decir que, con dignidad y orgullo estamos motivados para superar riesgos. Entonces, ¿Cómo enfrentar esta cruda realidad? Lo primero es tener conciencia de cambio y para lograrlo es necesario ser flexible, no quedarse en lo mismo sin aspirar a ser mejor persona, la flexibilidad es una aptitud fundamental para desempeñarnos en el diario vivir. Nos ayuda a tener nuevos objetivos y a la vez a sentirnos capaces de avanzar aspirando a conseguir mejores resultados. El primer paso en este caminar consciente es el de ser menos exigentes consigo mismos venciendo rigideces, con
más flexibilidad y consistencia. La fortaleza, en estos casos, es una virtud necesaria e imprescindible para poder alcanzar algunos logros que se nos presentan en la vida, porque teniéndola presente en nuestro Yo interior siempre podremos encontrar salidas posibles para visualizar el cambio que necesitamos en este camino hacia nuestra realización personal. El propósito es ir hacia adelante, pese a las dificultades, repitiéndose una y otra vez hasta convencerse que se quiere vivir en el presente. El pasado ya pasó lo que se vivió es parte de nuestra historia. En este momento las expectativas para muchos no son optimistas sino pesimistas, pero aún y así, aunque no sepamos si nos irá bien o mal lo más recomendable es visualizar un porvenir positivo. Sabemos por
“… En este momento las expectativas para muchos no son optimistas sino pesimistas, pero aún y así, aunque no sepamos si nos irá bien o mal lo más recomendable es visualizar un porvenir positivo …”
experiencia que podemos encarar las adversidades y resolver situaciones de riesgos con buen criterio y ánimo positivo, evitando los desánimos con fe y esperanza para poder así alcanzar el propósito. También es conveniente asegurarse que nuestro ser requiere estar abierto a la vida y al cambio para mejorar nuestra existencia y ser reflejo de virtud para con los demás. De esta forma, en conexión con los demás hermanos y con la vida, podremos llegar a vivir en plenitud sin tener que sufrir tantas frustraciones, disfrutando de la realidad en el presente.
Oscar Wilde: “Esto es un ensayo general, señores, esto es la vida”.
Dr. Carlos A. Barreto Rivero
Psicólogo Clínico y Psicoterapeuta Cbarreto82@yahoo.com.mx
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