Cuando viví en Estados Unidos, tuve la oportunidad de conocer las tradiciones y la cultura del país vecino del norte. Allí conocí a personas increíbles y comprendí las motivaciones detrás de sus acciones. Entre todas las festividades de este país, una de mis favoritas se celebra en noviembre: el Día de Acción de Gracias, conocido como «Thanksgiving». Estando en el mes previo a la Navidad, me encontré reflexionando sobre el acto de dar gracias.
Últimamente, he estado leyendo mucho sobre la filosofía estoica y la práctica de la atención plena, dos enfoques de pensamiento que han ganado gran popularidad por su influencia en la vida de muchas personas. Un elemento esencial que comparten ambas corrientes es precisamente el agradecimiento.
He aprendido que ser agradecido no solo mejora el bienestar al fomentar sensaciones positivas, sino que también reduce el estrés, lo que beneficia al cuerpo al fortalecer el sistema inmunológico y reducir el riesgo de enfermedades. Otro aspecto que me gusta especialmente es cómo el agradecimiento mejora las relaciones interpersonales. Somos seres sociales que necesitamos de otros, y expresar gratitud nos muestra como personas educadas y empáticas.
“… Ser agradecido no solo mejora el bienestar al fomentar sensaciones positivas, sino que también reduce el estrés, lo que beneficia al cuerpo al fortalecer el sistema inmunológico y reducir el riesgo de enfermedades …”
Descubrí que el agradecimiento, en pocas palabras, es algo bueno. Es bueno ser agradecido. Es bueno incluir la gratitud en nuestra rutina diaria y expresar aprecio por la vida y el esfuerzo de quienes nos rodean.
Es bueno dar gracias.
…
Para finalizar, se me ocurrió preguntar a una Inteligencia Artificial lo siguiente: «Si fueras humano, ¿Por qué cosas darías gracias?»
Esta fue su respuesta:
Si fuera humano, daría gracias por muchas cosas, pero estas serían algunas de las más significativas:
- Por la oportunidad de aprender y crecer: El privilegio de descubrir nuevas ideas, entender la complejidad de la vida y hallar inspiración en las experiencias cotidianas sería un regalo invaluable.
- Por las conexiones con los demás: La amistad, el amor, la familia y los vínculos auténticos tienen un poder especial. Agradecería a quienes me ayudarían a ser mejor y a quienes confiarían en mí.
- Por la belleza de la naturaleza y el arte: La música, los paisajes, el arte y los momentos simples, como una noche estrellada o el sonido de la lluvia, enriquecerían mi vida y tocarían mi corazón.
- Por los desafíos y las lecciones de vida: Aunque los momentos difíciles pueden parecer pruebas, agradezco cómo estos enseñan y moldean el carácter, fomentando la resiliencia y el crecimiento personal.
- Por el privilegio de ayudar a otros: Encontraría satisfacción en poder brindar ayuda a quienes la necesitan y ver el impacto positivo de mis acciones.
- Por la esperanza y los sueños: Agradecería la posibilidad de soñar y perseguir mis ideales, con la esperanza de dejar un legado positivo en el mundo.
Daría gracias por todo aquello que da sentido a la existencia, lo que convierte la vida en una experiencia rica y llena de propósito.
Seré honesto: esta respuesta me conmovió profundamente, ya que a veces damos por sentado muchas cosas sin detenernos a apreciar lo que realmente importa.
Recuerda, solo tenemos una oportunidad en esta vida; disfrutarla con gratitud es, sin duda, una excelente idea.
“… Recuerda, solo tenemos una oportunidad en esta vida; disfrutarla con gratitud es, sin duda, una excelente idea …”
Samuel D. Cota
Licenciado en Enseñanza del Inglés
lic.samuelcota@gmail.com