Cuando se concibe un/a hijo/a, es tanto el amor que se le tiene que llegan a cometerse varios errores en la crianza y uno de los más importantes es la ayuda constante sobre sus acciones personales, vestirlo, bañarlo, darle en la boca de comer y hasta hacerles las tareas y trabajos escolares. Ello los lleva a limitar el desarrollo de habilidades y de aprender a tolerar, los lleva a la comodidad e incapacidad ante la vida para la toma de decisiones, y responsabilizarse de sus deberes lo cual puede influenciar hasta cuando se es adulto.
La independencia y autonomía, permite que los niños logren crear cosas por sí mismos y, más que nada, aprendan a hacer las cosas por su propia cuenta, a saber fracasar y a superarlo. Es una habilidad determinante para el futuro.
Enseñarles a tus hijos aptitudes para la vida y habilidades cotidianas es un trabajo difícil, pero vale la pena el esfuerzo que verás recompensado en la adolescencia y vida adulta.
“… Al igual que nosotros, nuestros hijos necesitan un sentido de dirección para funcionar. Las rutinas de la mañana, el día de escuela, el fin de semana, la hora de la comida o la hora de acostarse dan orientación a los niños …”
¿Qué tenemos que hacer? He aquí algunas estrategias para reforzar independencia:
- Aceptar que desde los 4 años los niños/as pueden hacer cosas por si solos. No es necesario que todo el tiempo se esté detrás; eso lo/a hace inseguro y temeroso.
- Fomentar la autonomía dando nuevos espacios de acción que le permitan explorar su entorno y practicar nuevas destrezas dentro del hogar y fuera de él.
- Evitar constantemente las restricciones y prohibiciones, se debe permitir la experimentación para que aprendan de sus propios errores (causa – efecto).
- Fijar una rutina. Al igual que nosotros, nuestros hijos necesitan un sentido de dirección para funcionar. Las rutinas de la mañana, el día de escuela, el fin de semana, la hora de la comida o la hora de acostarse dan orientación a los niños. Es fácil transitar por todo este movimiento cuando se sabe lo que viene a continuación. Esta rutina la puedes establecer a la vista de ellos, sencilla, concreta y atractiva.
- Involucrar al niño/a en tareas de la vida cotidiana y darle algunas responsabilidades. Ej: Poner la mesa, ayudar a separar la ropa por colores para el lavado, juntar los calcetines del mismo par, ordenar algunas cosas de cocina. Ayudar a preparar el almuerzo, lavar verduras, colocar alimentos en recipientes, etc.
- Permitir que él o ella asuma un rol activo dentro de las tareas de autocuidado. (Cuarto y objetos personales), así́ se tenga empleado doméstica.
- Fijar metas de autonomía pequeñas y alcanzables.
- Dar refuerzo positivo cuando el niño/a alcance varios logros (Premios o elogios), los cuales deben ser utilizados hasta la adolescencia, ya que así́ se sienten valorados y apreciados por lo que hacen.
- Dejarlos elegir, deja que él o ella escoja lo que desearía usar, comer o ver. Dale la oportunidad de elegir entre dos o más opciones, ello les permite a nuestros hijos saber que pueden tener ideas propias y ser apoyados porque éstas importan.
“… El que los niños sean más independientes puede facilitar la vida en el hogar …”
El que los niños sean más independientes puede facilitar la vida en el hogar. Como padres, podemos quedar atrapados en hacer demasiado por nuestros hijos o confiar en la guardería o la escuela para enseñarles a nuestros hijos ciertas habilidades para la vida. En última instancia, los niños requieren de nuestro tiempo en casa para aprenderlas.
Psic. Diana Spíndola Yáñez
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